¿DRONES TERRESTRES?

Esta es la pregunta que más de uno se estará haciendo, y sí, desde Drones Hispania también nos lo preguntamos, ¿los drones de fumigación pueden ser vehículos terrestres?  

Actualmente como todos sabemos el dron agrícola de fumigación está catalogado como vehículo aéreo por la nueva normativa europea aplicada a partir del 31 de diciembre de 2020 que recoge el Reglamento de Ejecución (UE) 2019/947 consolidado que incluye los cambios del Reglamento de Ejecución (UE) 2020/639 y Reglamento de Ejecución (UE) 2020/746 y el Reglamento Delegado (UE) 2019/945 consolidado que incluye los cambios del Reglamento Delegado (UE) 2020/1058. 

Según el artículo 5 del REGLAMENTO DE EJECUCIÓN (UE) 2019/947 las aeronaves que no cumplan alguno de los requisitos de categoría abierta (artículo 4) estarían dentro de lo que se considera como categoría específica en la cual se encuentran las operaciones con drones agrícolas de fumigación. En esta categoría, para poder realizar tratamientos con los drones, es necesario solicitar una autorización operacional. Desarrollar una evaluación de riesgo que debe de ir acompañada de unas series de medidas que atenúen dichos riesgos. Una vez aceptados estos requisitos por la autoridad competente podremos pedir el permiso para realizar nuestros trabajos.  

No solo hay limitaciones legislativas a la hora de volar los equipos, también hay limitaciones en la aplicación de productos según el cultivo que vayamos a tratar. Al fin y al cabo, tiene las mismas limitaciones que una avioneta. Esto nos da que pensar, ya que sabiendo los beneficios que puede aportar un dron agrícola (detallados en el blog Beneficios del dron agrícola) en comparación con otras maquinarias como la avioneta o el tractor, pensamos que una manera de facilitar la introducción de estas tecnologías en la agricultura sería catalogarlo como maquinaria terrestre. 

Los beneficios que supondría sería que el dron podría realizar todos los tratamientos que puede realizar un tractor que, gran parte de los casos, aparte de ser más rentable económicamente, los daños al medio ambiente y al cultivo se reducen por completo. 

Económicamente hablando, que el dron esté catalogado como maquinaria terrestre es todo un acierto y una auténtica revolución en la agricultura, ya que se crea una industria en torno a ello. 

Las empresas dedicadas a la fabricación de productos fitosanitarios, fertilizantes,  etc, se ven obligadas a crear nuevos productos que se adapten a la aplicación de los drones con el fin de mejorar y potenciar el efecto que debe de crear sobre el cultivo, por lo que aumentaría el número de empresas dedicadas a la investigación y desarrollo de estos equipos para diseñar nuevas técnicas de uso que mejoren la eficacia en la aplicación. 

Actualmente, los productos que utilizan los drones, son los que ya están registrados para aplicaciones aéreas, y en el caso de que se considerarán maquinaria terrestre, utilizarían todos los productos registrados, lo que ofrece una grandísima variedad de trabajos a realizar. Pero recordemos que estos drones realizan aplicaciones de ultra bajo volumen y es necesaria la adaptación de los productos. 

Aumenta la demanda de empresas dedicadas al servicio agrícola, ya que o bien las existentes se adaptan y ofrecen aplicaciones con drones dentro de sus servicios, o bien se crean nuevas empresas dedicadas al servicio agrícolas con drones, creando un nuevo nicho de mercado dentro de la agricultura y ofreciendo muchos puestos de trabajo. 

Que los drones se cataloguen como maquinaria terrestre también afecta positivamente a los agricultores, que en la mayoría de los casos son los más perjudicados por culpa de la dominancia de la industria agroalimentaria y de la industria de inputs dentro del sistema agroalimentario. 

Le afecta positivamente ya que el desembolso que un agricultor tiene que destinar en maquinaria pesada como tractores, atomizadores, el precio de mantenimiento incluyendo el diésel, el transporte de dicha maquinaria, es un coste muy elevado además de no poder exprimir todo el potencial que supone tener ese tipo de maquinaria, ya que son difíciles de transportar, mientras que con un dron se reduce gran parte de los problemas. 

El transporte es muy sencillo, basta con llevarlo en una furgoneta o vehículo particular, y puede tratar en cualquier lugar. Su mantenimiento es ínfimo en comparación con otra maquinaria y de cara al beneficio del agricultor es un tema a tener muy en cuenta, ya que no sólo se ahorra en costes sino que puede sacar más rentabilidad y obtener una mejor calidad de vida. 

Socialmente hablando, es una llamada a las nuevas generaciones para que vean con sus propios ojos, que la agricultura no se queda atrás en este mundo absorbido por las tecnologías, que la agricultura no se queda en las mentes de nuestros abuelos, que la agricultura avanza con todos nosotros y es un gran oportunidad para que los jóvenes demuestren todo su potencial e innovación en pro de crear una agricultura moderna y renovada para acabar con la polémica y el miedo del abandono de la agricultura por parte de los mismos.

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